Entender el desarrollo de la
dimensión cognitiva en el niño que ingresa al nivel de educación preescolar,
remite necesariamente a la comprensión de los orígenes y desarrollo de la gran
capacidad humana para relacionarse, actuar y transformar la realidad, es decir,
tratar de explicar cómo empieza a conocer, cómo conoce cuando llega a la
institución educativa, cuáles son sus mecanismos mentales que se lo permiten y
cómo se le posibilita lograr un mejor y útil conocimiento.
En las últimas
décadas, la psicología cognitiva ha logrado una gran revolución y
significativos avances, al proponer teorías del cómo se logra el desarrollo, y
la posibilidad de facilitarlo en las relaciones que establece en la familia y
en la escuela, fundamentales para consolidar los procesos cognitivos básicos:
percepción, atención y memoria.
El niño,
apoyado en las experiencias que le proporciona su contexto particular, en el
cual la familia juega un papel vital, desarrolla su capacidad simbólica, que
surge inicialmente por la representación de los objetos del mundo real, para
pasar luego a las acciones realizadas en el plano interior de las
representaciones, actividad mental, y se manifiesta en la capacidad de realizar
acciones en ausencia del modelo, realizar gestos o movimientos que vio en
otros, y pasar a jugar con imágenes o representaciones que tiene de esos
modelos.
En el periodo
de tres a cinco años de edad, el niño se encuentra en una transición entre lo
figurativo-concreto y la utilización de diferentes sistemas simbólicos, el lenguaje
se convierte en una herramienta esencial en la construcción de las
representaciones, la imagen está ligada a su nominación, permitiendo que el
habla exprese las relaciones que forma en su mundo interior.
La utilización
constructiva del lenguaje se convierte en instrumento de formación de
representaciones y relaciones y, por tanto, de pensamiento. Los símbolos son
los vínculos principales de la inter-subjetividad y relación social; son en
esencia sistemas de relación a través de los cuales se comparten mundos
mentales. Desde el punto de vista evolutivo hay que comprender que sin los
símbolos sería imposible el compartir intersubjetivamente el mundo mental con
otros, pero igualmente sin ese compartir con otros sería imposible el
desarrollo de la capacidad simbólica en el niño.
Para entender
las capacidades cognitivas del niño de preescolar, hay que centrarse en lo que
éste sabe y hace en cada momento, su relación y acción con los objetos del
mundo y la mediación que ejercen las personas de su contexto familiar, escolar
y comunitario para el logro de conocimientos en una interacción en donde se
pone en juego el punto de vista propio y el de los otros, se llega a cuerdos,
se adecuan lenguajes y se posibilita el ascenso hacia nuevas zonas de
desarrollo.
La capacidad
que logre la institución educativa y en especial el docente del nivel
preescolar, para ofrecer oportunidades, asumir retos, permitirá que el niño
desde muy pequeño reciba una atención apropiada para el logro de su propio
desarrollo. Es desde el preescolar en donde se debe poner en juego la habilidad
del docente para identificar las diferencias y aptitudes del niño, y en donde
la creatividad le exigirá la implementación de acciones pedagógicas apropiadas
para facilitar su avance.
Mallas Curriculares
- Primer periodo
- Segundo periodo
- Tercer periodo
- Cuarto periodo
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