A lo largo de los procesos vivenciados dentro y fuera del aula busca la formación integral de las niñas, partiendo del desarrollo de las 7 dimensiones del ser y los valores humano-cristianos (amor, fraternidad, fe, respeto, tolerancia, responsabilidad…); con el fin de permitirles llegar a la calidad humana y la excelencia académica, ya que son estos los que permiten la transformación de la sociedad, de acuerdo a sus exigencias culturales, sociales y laborales.
Lo anterior se centra en el desarrollo de una metodología democrática y activa, en la que la estudiante forma parte del proceso enseñanza - aprendizaje, permitiéndole así responsabilizarse de su destino con el fin de contribuir al progreso y la transformación de la sociedad en que vive, fundamentando el desarrollo en la participación responsable de las personas y las comunidades. La metodología aplicada a lo largo del proceso se ha visto enriquecida a partir de la implementación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y también por los recursos didácticos de la institución, con el fin de permitirles a las estudiantes el desarrollo del pensamiento en los procesos de aprendizaje y la continua reflexión del entorno.
Este caminar se ha desarrollado de forma conjunta escuela – familia con el fin de brindar continuidad y solidez a los procesos vivenciados dentro y fuera de la institución. De forma constante se han tenido como referentes sociales al docente y al padre de familia quienes se constituyen en pilares fundamentales para la construcción del proyecto de vida, ya que son estos quienes favorecen y propician espacios para la adquisición de nuevos aprendizajes, median en las relaciones interpersonales entre pares y además aportan valores como: el amor, la dedicación, la fraternidad, el servicio, la alegría, la comprensión, la honestidad y la responsabilidad; contribuyendo así al desarrollo personal y comunitario de las estudiantes permitiéndoles ser mujeres autónomas, líderes, libres, con calidad humana y excelencia académica.