lunes, 7 de octubre de 2013

Grado Transición




El nivel de educación preescolar del Colegio la Inmaculada de Itagui  se apropia de los principios teleológicos en la medida en que  se centra en humanizar a la persona y cimentar las bases que den solidez a un proyecto de vida que tendrá continuidad en la prospectiva de una formación permanente, para responder como discípulos y misioneros a las exigencias de la Nueva Evangelización propuesta por la Iglesia y reforzada por la Escuela Católica. 

A lo largo de los procesos vivenciados dentro y fuera del aula busca la formación integral de las niñas, partiendo del desarrollo de las 7 dimensiones del ser y los valores humano-cristianos (amor, fraternidad, fe, respeto, tolerancia, responsabilidad…); con el fin de permitirles llegar a la calidad humana y la excelencia académica, ya que son estos los que permiten la transformación de la sociedad, de acuerdo a sus exigencias culturales, sociales y laborales.


Lo anterior se centra en el desarrollo de una metodología democrática y activa, en la que la estudiante forma parte del proceso enseñanza - aprendizaje, permitiéndole así  responsabilizarse de su destino con el fin de contribuir al progreso y la transformación de la sociedad en que vive, fundamentando el desarrollo en la participación responsable de las personas y las comunidades. La metodología aplicada a lo largo del proceso se ha visto enriquecida a partir de la implementación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y también por los recursos didácticos de la institución, con el fin de permitirles a las estudiantes el desarrollo del pensamiento en los procesos de aprendizaje y la continua reflexión del entorno. 

Este caminar se ha desarrollado de forma conjunta escuela – familia con el fin de brindar continuidad y solidez a los procesos vivenciados dentro y fuera de la institución. De forma constante se han tenido como referentes sociales al docente y al padre de familia quienes se constituyen en pilares fundamentales para la construcción del proyecto de vida, ya que son estos quienes favorecen y propician espacios para la adquisición de nuevos aprendizajes, median en las relaciones interpersonales entre pares y además aportan valores como: el amor, la dedicación, la fraternidad, el servicio, la alegría, la comprensión, la honestidad y la responsabilidad; contribuyendo así al desarrollo personal y comunitario de las estudiantes permitiéndoles ser mujeres autónomas, líderes, libres, con calidad humana y excelencia académica.